lunes, 21 de mayo de 2012

SIGNOS DE PUNTUACIÓN


NOTICIA
MEDELLIN. La niña de 13 años no tiene un peso en el bolsillo, pero recorre la tienda de celulares con la seguridad del cazador que tiene a la presa en la mira.
Cuando detecta el teléfono que quiere, su flacucha figura infantil se contonea frente al dueño del negocio. "Ajá, ¿y qué hay que hacé pa tené el celular?", dice mientras busca una habitación que hay al fondo.
"No, no, muchacha, salga de aquí", responde el propietario, sabedor de las graves consecuencias de tener sexo con una menor. "Anda, ¡tú si eres marica!", profiere ella, antes de partir.
El comerciante narra esta historia en la entrada de su casa, en el municipio antioqueño de Caucasia. Está nervioso, de reojo sigue los movimientos de su esposa, "¿ella no está escuchando, cierto?", y tras cerciorarse afirma que la niña ha visitado cuatro veces su local en el último mes. "Es que cambia mucho de celular".
La criatura es conocida en otras tiendas del casco urbano, donde también va ofreciendo su cuerpo como única moneda.
Ella es una de las once chicas de 12 a 15 años que se dedican a la prostitución en los montes de la subregión del Bajo Cauca, según las pesquisas de la Policía de Infancia y Adolescencia. "Aunque pueden ser muchas más", sentencia un investigador del grupo.
El fenómeno se reactivó en 2012, luego de una recesión de al menos cuatro años por la desmovilización de las autodefensas.
Los paramilitares (sobre todo los bloques Mineros y Central Bolívar) ejercieron influencia en esta localidad desde 1983 hasta 2006, época en que la comisión de muchos delitos se disparó, entre ellos la prostitución.
Ramiro Vanoy , alias "Cuco", exjefe del bloque Mineros y hoy condenado por narcotráfico en E.U., explicó en una reciente versión libre la manera en que se ejecutaba el intercambio carnal: "A los jefes nos traían muchachas de Medellín, de clase; en cambio a los patrulleros (rango bajo) se las conseguíamos en Caucasia y en los corregimientos La Caucana y El Guaimaro de Tarazá".
Aunque esas estructuras delictivas se reinsertaron, en la zona permanecen otros grupos igual de peligrosos, "Los Urabeños", las Farc, Eln y reductos de "Los Rastrojos" y "Los Paisas", que además de controlar el bajo mundo, prolongan las prácticas de explotación sexual infantil…